sábado, 8 de septiembre de 2012

El REINO DE LAKAMHÀ CHIAPAS




Palenque, Patrimonio Cultural de la Humanidad



En medio de la selva, Palenque se desarrolló como una de las ciudades más notables del periodo Clásico maya, sede de una poderosa dinastía que dominó las montañas del norte de Chiapas y las llanuras de Tabasco, territorio que ahora, algunos investigadores han considerado como el reino de Lakamhá. Reconocido por su innovador estilo artístico y por la alta calidad de sus obras arquitectónicas y escultóricas, el sitio alcanzó su esplendor entre los años 600 y 900 de nuestra era. El recorrido en Palenque debe comenzar en el Museo de Sido que muestra una colección integrada por objetos hallados durante diferentes temporadas de exploración, entre los que se cuentan los característicos cilindros de barro palencanos que servían de pedestales para incensarios, tableros tallados en piedra, estuco y glifos. Frente al museo parte un sendero que sube a la montaña y atraviesa un paisaje selvático adornado por el arroyo Otolum y sus cascadas. Grupos de edificaciones como Los Murciélagos, se asientan sobre este camino que desemboca en la Gran Plaza. Ahí se encuentran el juego de pelota, el grupo del norte y el Templo del Conde. Este último, construido durante el gobierno de Pakal, es un edificio constituido por cinco cuerpos escalonados y un templo en la parte superior.
Sobresale el magno conjunto conocido como El Palacio, cuyas edificaciones se distribuyen alrededor de cuatro patios y que fueron construidas durante un periodo muy largo de la historia palencana. Se dice que en parte fue erigido por órdenes de Pakal y continuado durante el gobierno de su hijo mayor. Lo conforman basamentos escalonados, corredores, galerías subterráneas, patios, tableros escultóricos, como el Oval que muestra la ascensión de Pakal al trono junto a su madre Zac-Kuk, y decoraciones en estuco. Famosa es su torre de cuatro cuerpos que destaca sobre todo el conjunto y que pudo haber servido como puesto de observación. Es posible que El Palacio haya servido como residencia principal de los gobernantes. Su complejidad arquitectónica, su refina-miento estético y sus dimensiones majestuosas, así lo indican.La majestuosidad del Templo de las Inscripciones domina la Gran Plaza. Este edificio recibe su nombre a causa de los tableros glíficos tallados en caliza que se hallan en su interior. Se trata de un auténtico mausoleo mandado a levantar por Pakal para que le sirviera de tumba. A su famosa cripta se accede por una escalera escondida hasta 1952, año en que la tumba fue descubierta por Ruz Lhuiller.La cámara funeraria presenta un monumental sarcófago cubierto con una lápida, ambos decorados con bajorrelieves al igual que los muros de la cripta. La escena de la lápida presenta a Pakal entre el Monstruo de la Tierra y la cruz que simboliza el árbol cósmico sobre el que se posa el pájaro celeste.



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